Organiza: Instituto Nacional Belgraniano
08 de marzo: “Día Internacional de la Mujer”
Homenaje del Instituto Nacional Belgraniano recordando alguna de las obras y acciones de Manuel Belgrano en favor de las niñas y mujeres de la Patria naciente.
Manuel Belgrano y “La Educación de la Mujer”:
Belgrano, al igual que el obispo de San Alberto, que actuara en el Tucumán, cuando Belgrano todavía era un niño, se interesó por la educación de la mujer.
En España, los pensadores de la Ilustración Española se interesaron por este asunto. El mismo también se vio reflejado en reales cédulas. Así, Carlos III, dictó, para las niñas el “Reglamento para el Establecimiento de Escuelas Gratuitas en los barrios de Madrid”. Belgrano consultó la obra del humanista valenciano Juan Luis Vives, titulada Instrucción de la mujer cristiana, donde se lee: “Aprenderá, pues la muchacha, juntamente letras, hilar y labrar, que son ejercicios muy honestos… Terencio, pintor de la vida humana, describiendo que tal ha de ser la doncella muy honesta, dice: “Sostenía su vida hilando lana y tejiendo”. Salomón, entre los otros loores que él da a la mujer virtuosa dice: “Buscó lana y lino y obró con la industria de sus manos..”.
Juan Carlos Zuretti escribió: “El combate a la ociosidad es proyectado por Belgrano en todas sus posibilidades. Para dar ocupación a las gentes pobres y especialmente a los niños le parece recomendable el establecimiento de escuelas de hilazas de lana y algodón…“trayendo de Europa todos los tornos necesarios, los maestros que enseñen su uso a los niños y la maestra que enseñe a las niñas, pues contemplo utilísimo que haya esta separación en la escuela”, con lo que expresa su poca simpatía por la coeducación”.
Belgrano buscaba la separación de sexos en la escuela, de acuerdo a la tradición católica que establecía esa norma en ese momento. En los países protestantes era bastante común la coeducación, de acuerdo con las enseñanzas de Comenio.
Belgrano no busca formar mujeres intelectuales, sino que con criterio práctico, tuvo más presente a la madre de familia. Procuró alejarla de la ignorancia y fomentar la virtud.
En ello siguió a los españoles de su tiempo y a Vives, quien dijo: “El tiempo que ha de estudiar la mujer yo no lo determino más en ella que en el hombre, sino que en el varón quiero que haya conocimiento de más cosas y más diversas, así para su provecho de él como para bien y utilidad de la república para enseñar a los otros”.
Belgrano, en el Río de la Plata, fue uno de los primeros en ocuparse de la educación de la mujer, buscando dignificarla. No debemos olvidar la acción de los jesuitas, quienes no sólo se ocuparon de la evangelización del indígena, sino que fueron los encargados de la educación en el periodo hispánico, hasta su expulsión en 1767. Ellos fueron los primeros que dignificaron a la mujer, preparándolas para que fueran buenas madres de familia.
– Bibliografía y Fuentes: Instituto Nacional Belgraniano; Pagina Web: institutonacional@manuelbelgrano.gov.ar; Belgrano; Belgrano y….(La educación de la mujer).
Manuel Belgrano y “Las Heroínas de la Coronilla”:
Manuel Belgrano exalta la valiente acción de las Mujeres Cochabambinas y el sacrificio de su gente, exclamando:
“Gloria a las cochabambinas que se han demostrado con un entusiasmo digno de que pase a la memoria de las generaciones venideras.
Ellas han dado un ejemplo que debe exitar, Señor Excelentísimo, los sentimientos más apagados por la patria, y estoy seguro de que no será el último con que confundan a las de su sexo que alucinadas, trabajan en contra de la causa sagrada, y aún a los hombres que prefieren la esclavitud, por no exponer sus vidas para asegurar nuestros justos derechos”.
El heroico comportamiento de las mujeres cochabambinas ha sido reconocido por el pueblo Boliviano y su gobierno, declarándose el 27 de mayo Día de la Madre, en honor a estas ilustres Heroínas de la Coronilla.
– Bibliografía y Fuentes: Extracto de lo contenido en: Instituto Nacional Belgraniano; Pagina Web: Belgrano; Anecdotario (“Las Heroínas de la Coronilla”).
Manuel Belgrano y “La Tarja de Potosí”; Un Símbolo Americano:
La “Tarja”, como se la conoce históricamente, le fue obsequiada el 4 de julio de 1813 al General Manuel Belgrano por las damas de la Villa de Potosí (Alto Perú, hoy Estado Plurinacional de Bolivia).
Según testimonios de entonces, ocho días después de la llegada de Belgrano, como héroe de Salta, a Potosí, éste ofreció un magnífico sarao en la casa de su morada. A poco de iniciado el baile, se le acercaron tres mujeres (Gregoria Álvarez, María Álvarez y la esposa de Bonifacio Alba) que pusieron en sus manos “una espléndida guirnalda y palma de plata y oro, cinceladas con todo el primor del arte”.
Aprovechando un momento de pausa, la señora Gregoria Álvarez tomó la palabra en nombre de todas las demás señoras y dirigiéndole a Belgrano un discurso le presentó en memoria de la libertad, que les acababa de dar, un magnífico “cuadro de plata”, rogándole lo aceptase. Se trataba de una joya de oro y plata un tanto “barroca” en su composición, muy al estilo de aquella época. Sus medidas son 1,70 mts. de alto por 1,03 mts. de ancho. Su valor fue estimado en 7.200 pesos fuertes, importante suma para aquel momento.
Puede observarse en un documento existente en el Archivo General de la Nación que Belgrano envía el obsequio desde Potosí, el 6 de septiembre de 1813, al Cabildo de Buenos Aires, en una muestra más de desprendimiento público. Lo acompaña con una lista de las setenta y siete damas patriotas que lo distinguieron con la Tarja en Potosí.
– Bibliografía y Fuentes: Extracto de lo contenido en: Instituto Nacional Belgraniano; Pagina Web: Belgrano; Anecdotario (“La Tarja de Potosí”; Un Símbolo Americano).
Manuel Belgrano y “Las niñas de Ayohuma”:
En plena Batalla de Ayohuma, una morena, proveniente de Buenos Aires, llamada tía María, y conocida como madre de la Patria, mientras duraba el cañoneo como a las doce del día 14 de noviembre y con un sol que abrasaba la tierra, junto con sus dos hijas mozas, que se ocupaban de lavar con ella la ropa de los jefes y oficiales, constantemente condujo agua en tres cántaros que llevaban a la cabeza, desde un lago o vertiente situada entre ambas líneas y la distribuían entre los diferentes cuerpos, dándole un poco de alivio al Ejército Patriota durante la dura batalla.
Esta anécdota relatada por Gregorio Aráoz de Lamadrid en sus memorias, es uno de los recuerdos más dulces de su vida militar, junto con el Tambor de Tacuarí, que Belgrano conservaba en sus últimos días, aquejado por su grave enfermedad.
– Bibliografía y Fuentes: Extracto de lo contenido en: Instituto Nacional Belgraniano; Pagina Web: Anecdotario (“Las niñas de Ayohuma”).