Ficha de procedencia del Sable Histórico del Grl. Belgrano (Museo Histórico Nacional).
MINISTERIO DE JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE LA NACIÓN ARGENTINA
COMISIÓN NACIONAL DE MUSEOS Y DE MONUMENTOS Y LUGARES HISTÓRICOS
MUSEO HISTÓRICO NACIONAL
Carpeta Nº 1459
Fecha de entrada: Septiembre 26 de 1890
OBJETO: SABLE que perteneció al General Don Manuel Belgrano pasado posteriormente a poder de los Generales Güemes y Rudecindo Alvarado respectivamente. Medidas: Largo: 1,03; de la hoja: 0,86 mts.
Colección o conjunto de que forma parte:
DESCRIPCIÓN: Hoja de acero muy corva con figuras y adornos dorados en su tercio superior, de un solo filo, lomo redondo, ancho vaciado en ambas mesas desde la espiga hasta la misma punta. Carece de bigotera y no lleva marca de fábrica ni inscripción alguna. Guarnición de aro de bronce dorado y cincelado, con varias figuras simbólicas y ornamentales. Asta de bronce cincelado. Vaina dorada con dos abrazaderas y anillas correspondientes, y en su derecha tres aplicaciones de bronce representando varias escenas de guerra; el resto de la vaina se halla repujado artísticamente.
[Rúbrica]
Donante: Honorable Cámara de Diputados
Buenos Aires, Septiembre 10 de 1890
Al Señor Director del Museo Histórico
Dr. Adolfo P. Carranza
Tengo el agrado de comunicar al Señor Director que la Honorable Cámara en sesión de la fecha, ha tenido a bien resolver se le haga entrega por Secretaría en calidad de depósito a objeto de que figuren en el Establecimiento a su cargo, de la espada y medallas del General Don Prudencio Alvarado, donado al Honorable Congreso por la Señora Antonina V. Alvarado de Moyano en 1881.
Debo hacer presente al Señor Director, que es voluntad de esta Honorable Cámara que los expresados objetos sean devueltos a esta Secretaría si por cualquier causa fuera clausurado el Establecimiento que usted dirige.
Saluda atentamente al Señor Director
A. M. Tallaferro. [Rúbrica]
Copia
En Buenos Aires a once de Setiembre de mil ochocientos noventa, reunidos en el salón de la Biblioteca del Congreso el señor Presidente de la Honorable Cámara de Diputados General Lucio V. Mansilla y el Director del Museo Histórico señor Adolfo Carranza, a objeto de recibirse este último del sable y medallas del General Alvarado, que la Honorable Cámara en sesión de ayer resolvió enviar a aquel Establecimiento, con la condición de devolverse si llegara el caso de clausurarse, y, después de tener presente la nota con que dichos objetos fueron remitidos por la señora Antonina Alvarado de Moyano cuya copia se adjunta legalizada, el señor Presidente de la Honorable Cámara hizo entrega de los siguientes objetos:
Un sable con vaina de metal
Una medalla de oro de la Batalla de Maipú
Ídem – ídem – ídem de Chacabuco
Una medalla de oro de la Batalla de Ayacucho
Escudo de paño de Tucumán
Escudo de oro de Salta
Medalla de la “Legión de Mérito” de Chile
Escudo de plata de Bolivia
Medalla de oro con diamantes que dice “yo fui del Ejército Libertador”
Facsímil de la medalla de la “Orden del Sol” = L. V. Mansilla = Alejandro Sorondo, Secretario = Adolfo P. Carranza
Es copia
A. M. Tallaferro [Rúbrica]
Salta Octubre 10 de 1881
Al Honorable Congreso de la Nación
Exmo. Sr.
He pensado que el pueblo argentino debe al Honorable Congreso actual un testimonio de expresivo reconocimiento.
En el año pasado le salvara de la anarquía y de la disolución y restablecido el orden, garantizadas la paz y la libertad, diérale por su capital definitiva a la noble y gloriosa ciudad de Buenos Aires, arduo problema que varias generaciones no pudieron resolver y que venía siendo el más grave peligro para el porvenir de la patria y sus instituciones.
En el presente, perfecciona la grande obra iniciada y cada día las expectativas legítimas del patriotismo, de la justicia y del progreso, se ven satisfechas por leyes sabias y reparadoras.
En los últimos meses supo recordar la sublime epopeya de la Independencia y de la generación de héroes que fundan la nacionalidad con el sacrificio de la vida y de la fortuna, para hacerles casi a los sesenta años una justicia póstuma ordenando el abono de una tercera parte de los haberes devengados, que en algo aliviará la miseria de sus desheredados, descendientes o deudos.
La suscrita hija de un guerrero de la Independencia el finado Brigadier General Don Rudencindo Alvarado conmovida profundamente por este bello acto del Congreso y alentada por la seguridad de que aquella sagrada deuda se saldará pronto, se ha decidido a ofrecer a los legisladores de 1881 un testimonio de su particular gratitud.
Es la herencia de esas medallas que, en días felices, ostentáronse sobre el pecho del Brigadier Grl. Alvarado, regaladas por la República Argentina, por Chile y por Perú, recuerdos gloriosos de otros tantos combates librados por la independencia y la libertad, de que me desprendo con íntima satisfacción para ofrecerla al actual Congreso.
Es además esa invicta espada que ciñera el gran Belgrano en las memorables jornadas de Vilcapugio y Ayohuma, Tucumán y Salta, ceñida luego por el General Güemes, quien la recibió de aquel y trasmitida después al Brigadier Grl. Alvarado, que también quiero ofrecerla con igual anhelo.
Si hay en mis conceptos y en la modesta ofrenda un tributo de honor para el presente Parlamento Argentino recíbala cumplido, tales son mis entusiastas votos, pues como le expresaba al principio, el es dueño a justo título de grandes merecimientos por haber constituido el país con su histórica capital y consolidado las instituciones tutelares del orden y de la libertad por que le hiciera respetar del extranjero y fuera agradecido y justo para los guerreros y fundadores de esta grande y gloriosa nación.
Saludo al Honorable Congreso de la Nación por el respetable órgano del Sr. Presidente de la Honorable Cámara de Diputados, con mi más distinguida consideración. – firmado. Antonina Alvarado V. de Moyano
Es copia
A. M. Tallaferro [Rúbrica]
Nota del entonces Director del Museo Histórico Nacional Dr. J. J. Cresto al ex presidente del Instituto Belgraniano Dr. Jorge Aníbal Luzuriaga, aseverando la certeza histórica de la ficha del Sable Histórico del Grl. Belgrano.
El histórico sable que perteneció al brigadier general Don Manuel Belgrano se exhibe en la sala que lleva su nombre en el Museo Histórico Nacional, ubicado en el Parque Lezama de la ciudad de Buenos Aires, cuyo archivo documental nos proporciona una breve explicación de su origen y de sus sucesivos usuarios, constituyendo la única referencia escrita que arroja cierta luz sobre este tema, dado que ningún historiador ha encarado aún el estudio integral de los sables y espadas que usó el prócer en sus campañas militares.(1)
Según dicha referencia, el 10 de octubre de 1881 la señora Antonina Alvarado, viuda de Moyano e hija del brigadier general Rudecindo Alvarado (1792-1872) -quien se destacó en nuestras luchas independentistas-, cursó una nota al Honorable Congreso de la Nación desde Salta donde residía, donando entre otros objetos, el sable que había pertenecido a su extinto padre y que, a su vez, lo había recibido del general Martín Miguel de Güemes (1785-1821), dejando constancia que con anterioridad lo había utilizado el general Belgrano. Esa donación quedó en custodia en la Biblioteca de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en razón de no existir aún el Museo Histórico Nacional.
El 10 de septiembre de 1890, el director del recién creado Museo Histórico de Buenos Aires, Dr. Adolfo P. Carranza (1857-1914), hizo una presentación por escrito a la Honorable Cámara de Diputados solicitando aquella donación, gestión que fue aprobada ese mismo día, pasando al nuevo museo que la exhibió a partir de su inauguración el 15 de febrero de 1891. Este organismo adquiriría pocos meses después su actual denominación de Museo Histórico Nacional.(2)
Este histórico sable es una hoja de acero corva, de 103 cm de largo, con figuras y adornos dorados en su tercio superior, de un solo filo, lomo redondo, ancho vaseo en ambas mesas desde la espiga hasta la misma punta, carece de bigotera y no presenta marca de fábrica ni inscripción alguna, con guarnición de aro de bronce dorado y cincelado, con varias figuras simbólicas y ornamentales cinceladas, con asta de bronce cincelado, faltándole a la empuñadura una de sus cachas de nácar y estando quebrada la restante.
La vaina es dorada, con dos abrazaderas y anillas, con tres aplicaciones de bronce que representan escenas de guerra no identificadas, estando el resto repujado artísticamente.(3)
Este sable le fue donado en el año 1813 por la Asamblea General Constituyente como premio por la victoria de Salta, del 20 de febrero de aquel año. En la sesión del 8 de marzo se acordó por unanimidad ofrecerle un sable de guarnición de oro con la siguiente inscripción grabada en su hoja: “La Asamblea Constituyente, al benemérito general Belgrano”, además de entregarle un premio de $ 40.000 en fincas del Estado.(4)
Como hemos expresado, la hoja del sable con figuras y adornos de oro exhibida en el museo, no presenta inscripción. Se desconocen las causas por las cuales no se cumplió con el mandato de la Asamblea Constituyente, tal vez por carecer la hoja del espacio suficiente para grabar una leyenda tan extensa o bien, por posible desidia gubernamental.
Si bien historiadores como Bartolomé Mitre, Enrique de Gandía y otros, citan la donación del sable por parte de la Asamblea Constituyente de 1813, no han analizado su historia ni quienes fueron sus posteriores dueños. El arquitecto e historiador Luis Güemes Ayerza, autor de la extensa obra Güemes documentado, planteó en el artículo “El sable del general Güemes”, publicado en una revista de la Gendarmería Nacional en 1970, que el sable que donara la señora Antonina Alvarado de Moyano había pertenecido únicamente al general Güemes, quien lo había recibido de su amigo el comerciante porteño Miguel de Riglos en 1819. Nosotros desestimamos esta hipótesis que ignora la donación efectuada por la Asamblea del año 13 al general Belgrano.(5)
Desde el punto de vista iconográfico, existen algunos óleos antiguos que representan al general Belgrano portando un sable muy similar al aquí descripto, pero la falta de detalles ha impedido que pueda ser confirmado como aquel que recibiera en 1813.
Sin embargo, uno de los primeros óleos conocidos que muestra con total nitidez a este sable, es la magnífica tela de l,30 m por l,05 m, que fue pintada en 1947 por Tomás del Villar por encargo del Complejo Museográfico Enrique Udaondo (Luján), la que se exhibe en su Sala Cultural.
La primera réplica que se realizara de este sable fue dispuesta por el Gobierno Nacional para la Gendarmería Nacional por un decreto del año 1957, en cuanto había pertenecido al general Güemes. Por este decreto se aceptó su figura como representación histórica de un paladín de la defensa de la frontera, ordenando su uso por parte del personal superior que alcanzara el grado máximo de Comandante General y una réplica reducida para los cadetes de su instituto de formación.(6)
Como un justo homenaje de la Fuerza Aérea Argentina para honrar la memoria del ilustre brigadier general Belgrano, al cumplirse en 1970 el bicentenario de su nacimiento y el sesquicentenario de su muerte y a propuesta del Profesor Aníbal Jorge Luzuriaga, entonces Miembro de Número del Instituto Belgraniano Central, su Comandante en Jefe brigadier general Carlos A. Rey, resolvió que una réplica de su sable corvo fuera usada como insignia de mando de los brigadieres de su Fuerza. Esta disposición por problemas económicos recién se cumpliría a partir de 1979, por gestión del ex Presidente del Instituto, Dr. Aníbal Jorge Luzuriaga. En ese mismo año, por otra disposición y previa coordinación con las autoridades pertinentes, se asignó a la Jefatura Militar de su Estado Mayor General la responsabilidad de custodiar simbólicamente su mausoleo y apoyar con personal administrativo las tareas del Instituto Belgraniano Central, actual Instituto Nacional Belgraniano.(7)
Cabe señalar que en el Ejército sus generales usan desde el año 1946 una réplica del sable corvo del brigadier general San Martín, cuya primera entrega se formalizó el 2 de junio de ese año, con una formación militar, recibiéndolos el presidente de la Nación, general de división Edelmiro J. Farrell, el presidente electo, general de brigada Juan Domingo Perón y los restantes generales en actividad.(8)
En la Armada, sus almirantes desde 1986 usan la réplica de la espada naval que perteneció al almirante Guillermo Brown (1777-1857).
NOTAS
Antecedentes documentales del sable del brigadier general Belgrano existentes en el Museo Histórico Nacional, registrados bajo el n° 280 de la carpeta n° 1459. El presente artículo está basado en sendos trabajos del Comodoro Retirado Santos A. Domínguez Koch, “El brigadier general Manuel Belgrano, Benemérito de la Fuerza Aérea Argentina” en Instituto Nacional Belgraniano, Segundo Congreso Nacional Belgraniano, Buenos Aires, 1994, p. 124 y “El sable corvo del general Manuel Belgrano” en Anales N° 9, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 2000, p. 113.
- 33° Sesión Ordinaria de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación del 10 de septiembre de 1890 en Santos A. Domínguez Koch, “El brigadier general Manuel Belgrano…”, ob cit., pp. 124-125 y Santos Domínguez Koch, “El sable corvo…”, ob cit., pp. 113-114.
- Santos A. Domínguez Koch, “El Brigadier…”, ob cit., p. 125.
- Actas de la Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, período enero a junio de 1813, Legajo en el Archivo General de la Nación, Sala X, 3-8-9, foja 104 en: Santos Domínguez Koch, “El sable corvo…”, ob cit., p. 114.
- Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Buenos Aires, Félix Lajouane Editor, 1887, t. I, p. 194; Enrique de Gandía, “La Asamblea de 1813” en Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Morón, N° 2, 1971, p. 68; Augusto Terbeck, “Manuel Belgrano en la educación y la cultura” en Segundo Congreso Nacional Belgraniano, ob cit., p. 403; Víctor Ernesto Rodríguez Rossi, palabras como Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano para conmemorar el 187° aniversario de la Batalla de Salta del 20 de febrero de 1813, con formación cívica-militar frente al mausoleo del general Belgrano, Buenos Aires, 18 de febrero de 2000; Revista de la Gendarmería Nacional, N° 40, noviembre-diciembre 1970. Véase también: Santos A. Domínguez Koch, “El Brigadier…”, ob cit., p. 125 y Santos Domínguez Koch, “El sable corvo…”, ob cit., pp. 115-116.
- Decreto N° 7149, 26 de junio de 1957. Véase también: Santos A. Domínguez Koch, “El Brigadier…”, ob cit., p. 125 y Santos Domínguez Koch, “El sable corvo…”, ob cit., p. 115.
- Resolución N° 378, 22 de mayo de 1970- BAP N° 2119 y acta N° 275, 6 de agosto de 1979 de la Comisión Directiva del Instituto Belgraniano Central en: Santos Domínguez Koch, “El sable corvo…”, ob cit., p. 116.
- Resolución s/ N°, 21 de mayo de 1946, BMP N° 760, formación militar realizada en la rotonda de las Avenidas de Mayo y 9 de julio, de la ciudad de Buenos Aires, en conmemoración del 136° aniversario de la Revolución de Mayo. Véase: Santos A. Domínguez Koch, “El Brigadier…”, ob cit., p. 126.
Nota del ex presidente del Instituto Nacional Belgraniano, Dr. Aníbal Jorge Luzuriaga, al Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina, Brig. Grl. Omar Graffigna para solicitar el auspicio y patrocinio de la Fuerza Aérea Argentina al Instituto Belgraniano Central – 1º/06/1979.
BUENOS AIRES, 1º de junio de 1979
42-3891
Señor Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina,
Brigadier General D. Omar Graffigna
S. / D.
Excmo. Señor Comandante en Jefe:
Tengo el honor de dirigirme al Excmo. Señor comandante en Jefe, exponiendo respetuosamente:
Que es y ha sido aspiración de este Instituto Belgraniano, contar con el auspicio y el patrocinio de la Fuerza Aérea que V. E. Comanda, convencido de que con tal apoyo moral, la figura señera del otro Padre de la Patria – al decir de Mitre – podrá ser exaltada en la medida necesaria para que en todos los rincones del país, su altruismo, su valor y su afán civilizador, sean lo suficientemente conocidos y difundidos, para emulación y ejemplo de las presentes y futuras generaciones.
Tal vez ningún otro momento, como este, sea más oportuno y necesario, para revitalizar las ideas civilizadoras del patricio, que se adelantó dos siglos a las concepciones de su época, para construir la Patria, aún antes de nacer legalmente, a través de sus creaciones en el Consulado y de sus prédicas constantes en los periódicos. Lucharía después durante las Invasiones Inglesas, jugaría un rol protagónico en los gloriosos sucesos de Mayo y en las batallas por la emancipación, legándonos, además del ejemplo imperecedero de su vida, limpia, pura y cristalina, la enseña bendita de la Patria, que desde entonces nos bautiza como nación soberana e independiente.
Excmo. Señor:
Nuestro Instituto, desde su fundación en 1944, tiene su sede en una dependencia del convento de Santo Domingo y Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Sin protección alguna, ha sido víctima muchas veces de actos sacrílegos, desde la tentativa de incendio en junio de 1955, hasta la profanación de algunas tumbas, como la del General Zapiola, cuyos restos fueron entonces esparcidos en el piso del Templo, hasta el robo reciente de la pesada tapa de bronce que cubría sus cenizas en la urna. El mismo Mausoleo que conserva los restos del General Belgrano, en el atrio de la Iglesia, ha sido objeto de daños intencionales y sustracción de símbolos y alegorías que conforman su estructura.
El patrocinio que solicitamos, Excmo. Señor, tendría, pues, una doble virtud: que la Fuerza Aérea comparta con nosotros la gloria de seguir sembrando los ideales del prócer y que la pequeña Guardia permanente que podría disponerse, a la par de colaborar en pequeñas tareas administrativas, su sóla presencia constituirán un aval y un seguro para las sagradas reliquias que se custodian en el Templo: las Banderas tomadas al invasor inglés en 1806 y 1807; las tumbas de los héroes allí depositadas y el Mausoleo del Prócer, como ya queda consignado.
Por todo ello y por numerosísimas razones que sería inoficioso enumerar, considero de gran trascendencia el patrocinio pedido, que a la par de constituir un señalado honor, vendría a llenar un vacío, cumpliendo una misión equivalente a las que cumple el Ejército, tanto frente al Mausoleo del Libertador, en la Catedral, como en el Museo del Cabildo y la Revolución de Mayo.
A la espera de una favorable resolución, hago propicia la oportunidad para saludar a V. E. con alta y distinguida consideración.
HUMBERTO A. MANDELLI ANÍBAL JORGE LUZURIAGA
Secret. Gral. Presidente
Resolución Fuerza Aérea Argentina Nº 916950 del 21/06/1979 por la que se establece que el Sable facsímil del que perteneciera al Grl. Belgrano será entregado a los Brigadieres.
Buenos Aires, 21 Jun 1979
916950
SEÑOR PRESIDENTE:
Tengo el agrado de dirigirme al señor Presidente con referencia a su atenta nota de fecha 01 de junio próximo pasado, por la cual en su carácter de titular del Instituto Belgraniano reiteró un viejo anhelo del mismo, a efectos de que se adoptara el sable facsímil del que perteneciera al Prócer, para uso de los Oficiales Brigadieres.
Al respecto, cumplo en llevar a su conocimiento que la fuerza Aérea acepta la propuesta formulada por esa Institución y ha adoptado las medidas administrativas necesarias para concretar tal propósito.
Asimismo, le es particularmente grato agradecerle la gestión que iniciara, ya que ella le ha permitido engalanar el uniforme de nuestros Brigadieres con el símbolo del ilustre prócer Manuel BELGRANO.
Hago propicia la oportunidad para saludar al señor Presidente con las expresiones de mi consideración más distinguida.
Brigadier General OMAR DOMINGO RUBENS GRAFFIGNA
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea
AL SEÑOR PRESIDENTE DEL INSTITUTO BELGRANIANO
D. ANÍBAL JORGE LUZURIAGA
S. / D.
Resolución Fuerza Aérea Argentina Nº 916951 del 21/06/1979 por la que el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina acepta custodiar el Mausoleo del Grl. Manuel Belgrano.
Buenos Aires, 21 Jun 1979
916951
SEÑOR PRESIDENTE:
Tengo el agrado de dirigirme al señor Presidente con referencia a su atenta nota de fecha 01 de junio próximo pasado, mediante la cual el Instituto Belgraniano solicitó que la Fuerza Aérea se hiciese cargo de la custodia del Mausoleo que contiene los restos del Prócer.
Al respecto, me es sumamente grato llevar a su conocimiento que este Comando en Jefe acepta tal honrosa distinción, la que se constituirá sin duda alguna en un motivo de orgullo para todos sus integrantes, al permitirles rendir permanente homenaje a quien la historia a señalado como uno de los forjadores de la nacionalidad.
Hago propicia la oportunidad para saludar al señor Presidente con las expresiones de mi consideración más distinguida.
Brigadier General OMAR DOMINGO RUBENS GRAFFIGNA
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea
AL SEÑOR PRESIDENTE DEL INSTITUTO BELGRANIANO
D. ANÍBAL JORGE LUZURIAGA
S. / D.