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Su mausoleo

+EL MAUSOLEO

En el año 1895, los estudiantes de la Sección Sur del Colegio Nacional de Buenos Aires (después Colegio Nacional Bernardino Rivadavia), junto con los de la Escuela Nacional de Comercio, estaban preparando la velada para festejar la fiesta patria del 9 de julio. Uno de los estudiantes, Gabriel L. Souto, lanzó la idea de hacerle un mausoleo a Belgrano, que fuera el más hermoso de la ciudad.

El 8 de julio se realizó la procesión cívica, que congregó gran número de jóvenes, sobre todo estudiantes. Recorrió la Avenida de Mayo desde la plaza Lorea, donde se organizó, hasta el monumento a Belgrano, en la Plaza de Mayo. Llegados antes la estatua de Belgrano, después que se escuchara el Himno Nacional, subió al pedestal Souto y en nombre de los estudiantes les habló llamando a la gratitud nacional a reparar el olvido que sufrían los restos mortales de Belgrano, sepultados humildemente en el atrio de la iglesia de Santo Domingo, e invitó al pueblo a que constituyera una comisión representativa para costear por suscripción pública un mausoleo que conservara los restos del héroe. Fueron los jóvenes quienes promovieron la formación de dos comisiones, una Comisión de Presidentes Honorarios y otra Ejecutiva, que sería la que tendría el peso efectivo de la tarea. La primera de estas dos Comisiones estaba formada por destacadas figuras de la vida pública argentina, tales como los ex-presidentes Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca y Carlos Pellegrini; Bernardo de Irigoyen, Vicente Fidel López, Carlos Guido Spano, el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Monseñor Agustín Boneo y Fray Marcelino Benavente. Mientras que la Comisión Ejecutiva tuvo como presidente a Gabriel Souto, el autor de la idea de erigir el mausoleo.

La suscripción pública que debería cerrarse en junio de 1896, reunió una cantidad considerable de fondos. A ello se sumó la acción del Congreso Nacional, que en 1896 sancionó la ley 3363, por la que daba un aporte de cincuenta mil pesos para la colecta. Su ejemplo fue seguido por las legislaturas de varias provincias. Otras instituciones, como el Ejército y la Armada, al igual que el comercio, asociaciones, escuelas y particulares contribuyeron con su aporte. La colecta siguió por más tiempo del fijado inicialmente y cuando se cerró había en caja 107.725 pesos con 25 centavos, suma muy importante para la época.

BIBLIOGRAFIA

PHILIPPEAUX, ENRIQUE WALTER, El mausoleo de Belgrano. En: INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Manuel Belgrano. Los ideales de la patria. Buenos Aires, Manrique Zago ediciones, 1995, pp. 99-102.

+LA CONSTRUCCIÓN

En el año 1896, los jóvenes promotores de la construcción del mausoleo de Belgrano, nombraron una Comisón compuesta por legisladores nacionales para que redactase la base del concurso para la ejecución de la obra. Esta estaba integrada por los Senadores Nacionales Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, Doctor Carlos Pellegrini y Doctor Bernado de Irigoyen, y los Diputados Nacionales Doctor Manuel Mantilla, Doctor Benjamín Giménez, señor Mariano de Vedia y Doctor Adolfo Dávila.

Para la confección de los proyectos se invitó al concurso a escultores argentinos, italianos y franceses. Las Embajadas en Roma y en París se movilizaron para despertar el interés de los principales artistas del mundo. Aquí fueron asesores del jurado el arquitecto Dormal, el ingeniero Agrelo y el artista Eduardo Schiaffino. El trámite del concurso fue largo y engorroso, pero al fin la obra le fue adjudicada al escultor italiano Ettore Ximenes, quien la realizó, previas algunas modificaciones al proyecto original, y es la que hoy podemos admirar en el atrio de la iglesia del Convento de Santo Domingo.

La obra fue inaugurada el 20 de junio de 1903, siendo el General Julio Argentino Roca, presidente por segunda vez.

BIBLIOGRAFIA

PHILIPPEAUX, ENRIQUE WALTER, El mausoleo de Belgrano. En: INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Manuel Belgrano. Los ideales de la patria. Buenos Aires, Manrique Zago ediciones, 1995, pp. 99-102.

+DESCRIPCIÓN

El mausoleo tiene una altura aproximada de nueve metros desde el nivel del suelo hasta la cumbre del sarcófago. El basamento está construido con mármoles italianos. Las estatuas laterales: “El Pensamiento” y la “Acción”, los bajorrelieves y la decoración de la base son de bronce.

Los bajorrelieves tienen un largo de aproximadamente tres metros y la altura en proporción. Las cuatro estatuas de los ángeles están vaciadas en aluminio, imitación plata vieja. Los ángeles y las estatuas laterales tienen una y media vez el tamaño natural.

La verja que rodea al mausoleo es de hierro batido, técnica de trabajo esmerado, difícil y paciente, que requirió de la competencia de verdaderos artífices, siendo realizada en el taller más acreditado de Europa en esa clase de construcciones. Para resguardar la verja se ha colocado una guarda de baldosa italiana y el cordón es de granito oriental.

En la reja de hierro forjado que circunda el atrio y ubicada en la parte superior de la puerta de acceso sobre la Avenida Belgrano, se encuentra la lámpara votiva.

En el extremo superior se encuentra el simbólico gran sarcófago coronado por un yelmo con un águila y rodeado de flores ornamentales. El águila representa la potencia más elevada, el genio y el heroísmo. Alegoría al noble guerrero y su lucha abnegada por la libertad y la independencia de la Patria. Los cuatro ángeles, en figuras femeninas y con diferentes vestimentas de época, expresan a partir de los elementos que sostienen, distintas simbologías.

La hoja de palma hacia abajo, representa la victoria asumida con humildad. Alegoría al héroe que: “Fue grande sin pretenderlo, y encontró la gloria sin buscarla en el camino del deber”.( Bartolomé Mitre )

La cinta con la leyenda en latín “Studis Provehendis” “Proveedor de Estudios”, alegoría a célebre donación de cuarenta mil pesos que le diera la asamblea general Constituyente del Año XIII por la batalla de Salta, para ser empleados en la construcción de cuatro escuelas en las ciudades de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero, redactando él mismo su reglamento.

La espada es el símbolo del prócer en su aspecto militar.

El engranaje representa su acción como Secretario del Real Consulado de Buenos Aires a favor de la promoción económica y precursor de la agricultura, el comercio y la industria.

Las dos estatuas laterales de figuras humanas masculinas: “Acción”, el hombre con un libro y una espada. Alegoría a la multifacética actividad pública que desplegó a lo largo de su vida: abogado, periodista, economista, diplomático, estadista y militar.

“Pensamiento”, el hombre de meditación. Alegoría al prócer que “…porque fue hombre de acción, y hombre de pensamiento, y porque a la vez que combatió por su creencia, derramó a lo largo del surco de la vida la semilla fecunda de la instrucción y la virtud”. (Bartolomé Mitre).

Los dos bajorrelieves evocan, uno la “Creación de la Bandera”, símbolo inmortal que nació el 27 de febrero de 1812 a orillas del río Paraná. Debajo de este friso en el basamento está cincelado BELGRANO.

El otro bajorrelieve nos recuerda sus dos grandes triunfos militares: Tucumán y Salta. El primero fue la batalla providencial de nuestra historia que hizo realidad lo de gesta jamás vencida. El segundo significó el afianzamiento definitivo de la soberanía. Ambos son jalones belgranianos frutos de la genial desobediencia de 1812. Este friso cubre la parte inferior del mausoleo donde está depositada la urna con sus restos.

Debajo de ambos bajorrelieves están las guardas de laureles como ofrendas permanentes a su gloria y honor.

En el extremo inferior la escalinata donde se colocan las placas conmemorativas de las distintas instituciones que desean honrar al prócer.

Entre el mausoleo y la entrada principal de la Basílica se ubica el mástil donde se enarbola el pabellón como voto de fidelidad a la Bandera Nacional y homenaje perpetuo a su creador.

El mausoleo fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1946 por el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N 3039.

BIBLIOGRAFÍA

COMISION EJECUTIVA CENTRAL DEL MAUSOLEO A BELGRANO, 1895-1903, Memoria del Mausoleo al General Belgrano.

PHILIPPEAUX, ENRIQUE WALTER, El mausoleo de Belgrano. En: INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Belgrano. Los ideales de la patria. Buenos Aires, Manrique Zago ediciones, 1995, p.p.99-102.

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