Es interesante conocer la opinión que de Manuel Belgrano tenía Domingo Faustino Sarmiento: “…Sus virtudes fueron la resignación y la esperanza, la honradez del propósito y el trabajo desinteresado. Su nombre se liga a las más grandes faces de nuestra independencia, y por más de un camino si queremos volver hacia el pasado, la figura de Belgrano ha de salirnos al paso…”
“El General Belgrano es una figura histórica que no seduce por sus apariencias, ni brilló como genio de guerra como San Martín, ni dejó rastros imperecederos de instituciones fundamentales como Rivadavia…Belgrano es uno de los poquísimos que no tiene que pedir perdón a la posteridad y a la severa crítica de la historia .Su muerte oscura es todavía un garante de que fue ciudadano íntegro, patriota intachable”. (1)
En Belgrano, Sarmiento rescata las virtudes del buen ciudadano, verdadero ejemplo para las futuras generaciones. Ambos hombres, de carácter tan distinto, Belgrano, medido, disciplinado, lo que no le restaba firmeza de carácter, y Sarmiento, con su genio tan particular, sin embargo encontramos en ellos algunas prédicas comunes.
Ambos defendieron la educación pública y la obligación del gobernante de enseñar a las futuras generaciones, dado que un pueblo que no fuera culto no podría ser libre y caería a merced de los tiranos. Encontramos en su prédica diferencias entre ambos, ya que mientras Belgrano en su Reglamento de Escuelas, fijó en forma clara los contenidos curriculares y la función del maestro, incluía la enseñanza religiosa y la práctica religiosa dentro de las obligaciones de los alumnos. Asimismo el maestro debía ser americano y se lo consideraría Padre de la Patria. Sarmiento fue un defensor de la educación popular, pero planteaba que ésta debía ser laica. La ley 1420 de Educación Común promulgada en l882, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, establecía que la educación primaria sería gratuita, obligatoria y laica, es decir que no se podría enseñar religión dentro de los horarios de clase. Recordemos la influencia que tuvo la filosofía positivista en la Generación del 80, cuyo modelo cultural era Francia, rechazando la tradición hispánica.
Ambos se ocuparon también de la necesidad de la educación de la mujer. Belgrano en las páginas del Correo de Comercio hablaba de la necesidad de fundar escuelas públicas para la enseñanza de las niñas. Esta enseñanza sería complementada posteriormente con la enseñanza de oficios, para el caso de las niñas de los llamados “oficios mujeriles”, tales como hilar, tejer y coser, y en el caso de los niños, éstos debían ingresar como aprendices en los talleres artesanales de los diferentes oficios, tales como zapateros, herreros, carpinteros, etc. Belgrano en las Memorias Consulares señalaba la necesidad de la educación de la mujer, junto con la incorporación al mundo del trabajo, como un medio de promoción social. Ambos planteaban que la educación de la mujer era indispensable para formar buenas madres, quienes se encargarían de educar a los futuros ciudadanos.
Una de las diferencias entre ambos en materia educativa fue que mientras Belgrano tomó el ejemplo de la Ilustración Española y de educadores europeos, como el suizo Pestalozzi, pero adaptando esas enseñanzas a la realidad del país, y valorizando a los maestros nativos; Sarmiento, tomó como ejemplo a la educación de los Estados Unidos de América, manteniendo amistad con pedagogos de ese país , como Mary Mann, y trayendo maestras estadounidenses al país. Sarmiento, al rechazar la tradición hispánica, buscó en los elementos sajones, una guía para garantizar el progreso. No olvidemos la diatriba CIVILIZACIÓN O BARBARIE.
También existió entre ambos próceres un interés común en la preservación del medio ambiente. Belgrano fue un verdadero precursor del fomento de la Ecología en nuestro país, interesándose por los diferentes recursos naturales y por el medio de conservarlos. Sarmiento, también se ocupó de traer especies extranjeras, tales como el eucalipto, que se adaptaron con facilidad, para sembrar con árboles nuestras pampas.
Ambos próceres vivieron etapas distintas de nuestra historia. Belgrano fue uno de los más insignes Hombres de Mayo y uno de los gestores de nuestra Independencia, mientras que Sarmiento realizó una obra muy meritoria en los distintos ámbitos de su actuación pública, y especialmente como Presidente de la Nación –1868-1874 – fundó instituciones claves para la vida republicana-.
- R. Aniceto Chambrillón, Antes y después de Mayo…con Belgrano. En Anales del Instituto Nacional Belgraniano, N o: 9.Buenos Aires, 2000, p. 86.